El sábado 19 de octubre, la Arquidiócesis de Concepción celebró con alegría la XVI Asamblea Eclesial Diocesana en el Campus San Andrés de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC). Bajo el lema “El que quiera ser grande, que se haga servidor de los demás”, cientos de agentes pastorales, entre ellos sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos se reunieron para dialogar y discernir sobre el futuro de la pastoral local.

La jornada comenzó con la animación musical a cargo del cantautor católico Ernesto Hernández, seguida de una emotiva oración inicial que invitó a los presentes a centrar sus corazones en el servicio y la misión. Posteriormente, Mons. Sergio Pérez de Arce, arzobispo de Concepción, ofreció un cálido saludo a los asistentes, agradeciendo la presencia y el compromiso de todos los agentes pastorales, recordando que “si estamos aquí es porque el Señor nos ha llamado, nos llama con nuestros hermanos y hermanas a caminar en comunidad.”

Cultura del cuidado y el buen trato
En el primer tema de la Asamblea, Mons. Pérez de Arce presentó la Cultura del cuidado y el buen trato, destacando la importancia de crear ambientes sanos y respetuosos en nuestras comunidades. En este sentido, Monseñor enfatizó la necesidad de transformar las relaciones al interior de la Iglesia, señalando que “tenemos que generar una cultura donde cada persona tenga derecho a respirar un aire libre de todo tipo de abusos, una cultura libre de encubrimientos que terminarán viciando todas nuestras relaciones.”

Este enfoque se plantea como un compromiso urgente para erradicar cualquier forma de abuso y crear espacios de confianza, fraternidad y respeto mutuo dentro de las comunidades pastorales.

Integridad en el Servicio Eclesial (ISE)
El segundo tema, presentado por Mariely Fuentealba, miembro del equipo de formación del Consejo de Prevención de Abusos, abordó la Integridad en el Servicio Eclesial (ISE), resaltando la importancia de la transparencia y la coherencia en el servicio pastoral. Mariely subrayó la necesidad de aprender de los errores, promoviendo un ambiente de confianza y acompañamiento mutuo: “Somos humanos, nos equivocamos, pero el error tiene que ser fuente de aprendizaje; lo tenemos que colocar en la mesa y no nos tiene que dar vergüenza, porque tenemos que acompañarnos cuando nos equivocamos y enmendar ese error”, mencionó.

Habilidades blandas
Durante la tarde, Valentina Vergara y Bárbaro Zapata, de la Vicaría Pastoral Social, expusieron sobre las habilidades blandas, enfatizando en la importancia de desarrollar las competencias necesarias para construir una Iglesia fraterna, utilizando como modelo a la Familia de Nazaret: “No somos cristianos aburridos, pero debemos aprender a trabajar en equipo, reconocer nuestras diferencias y enfocarnos en nuestra misión común”.

La instancia incluyó dinámicas interactivas y momentos de reflexión grupal para fortalecer habilidades como el trabajo en equipo, la empatía y la comunicación, competencias esenciales para fomentar relaciones sanas y eficaces dentro de los grupos pastorales.

Eucaristía de clausura
La jornada concluyó con una solemne Eucaristía, que unió a todos los participantes en oración y agradecimiento por los frutos del encuentro.

En su homilía, Mons. Sergio Pérez de Arce reflexionó sobre la importancia del servicio y la entrega, destacando que “Jesús no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida por todos” y que al igual que Jesús, cada cristiano está llamado a vivir una vida de servicio y amor, sin buscar beneficios personales. “Lo que Jesús hizo al final de su vida, entregándose en la cruz, es lo que hizo siempre. Desde el inicio, entregó su vida en cada relación, en cada acción”, expresó.

El arzobispo también animó a la comunidad a reflejar este espíritu de entrega en sus propias vidas, recordando que el servicio no es solo para grandes actos, sino que debe manifestarse en lo cotidiano, porque “incluso en las acciones más pequeñas, debemos llevar el sello del servicio cristiano”.

En este contexto, advirtió que “la mundanidad espiritual nos hace buscar el poder y el dinero, rodeándolo de un ropaje espiritual; sin embargo, en Jesús no hay ningún atisbo de que esté buscando algún beneficio personal en lo que hace”, lo que invita a la reflexión sobre las motivaciones personales en el servicio y nos recuerda que el verdadero compromiso con el Evangelio se manifiesta en una entrega desinteresada.

Finalmente, Mons. Pérez de Arce llamó a los presentes a evitar la búsqueda del poder y la vanidad, y a seguir el ejemplo de Jesús en la vida diaria, pidiéndole a Dios “que nos haga perseverantes, de manera que nuestros grandes actos y también nuestros pequeños actos tengan el sello del servicio, de la entrega”.

Esta XVI Asamblea Eclesial Diocesana ha sido un espacio de encuentro fraterno, discernimiento y compromiso, donde se reafirmó la importancia de vivir el Evangelio desde el servicio y la comunión. Los participantes regresaron a sus comunidades fortalecidos y con el desafío de implementar lo aprendido, promoviendo una cultura de cuidado, integridad y fraternidad.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 21-10-2024